MONGOLIA 2013 (1/3)


Esguince de tobillo, astrágalo desencajado, cápsula escapular rota…y todo eso solo en el tobillo. Luego queda el exterminio  referente a la rodilla. 
Claramente los prolegómenos de este viaje no apuntaban a grandes cotas después de un maldito  incidente futbolístico 4 semanas antes de las vacaciones...
-Solución 1: Quedarnos en Barcelona
-Solución 2: Hotel + pulsera y pierna en alto
-Solución 3: Mongolia!!!!!
Mongolia no es un destino al uso por lo que de primeras se  adecuaba perfectamente a lo normalmente buscaríamos pero este año la mala fortuna y mi poca gracia jugando a fútbol se juntaron para que mi pierna derecha quedara inutilizada para caminar y menos viajar en bici. El remedio para todo ello  lo conformaban una buena dosis de caballo, un  sidecar y un par de velas de mi abuela para no matarnos en el intento.

Con las velas compradas y encendidas, 1000 dólares en el bolsillo  y una buena tobillera  no pusimos de camino hacia el Ulgii, provincia que incluye  Tavan Bogd, uno de los parques naturales más bonitos del país,  donde, a falta de nuestras estimadas bicicletas,  esperábamos encontrar un par de equinos para movernos por la zona. Básicamente existen tres formas de conseguir hacer algo en el país: Reservándolo desde tu lugar de origen a través de  agencia de viajes de aventura (ops, te cobran lo que no está escrito, aunque vía nómada en Barcelona tiene buena pinta), gestionándolo directamente en Mongolia con una agencia local (poco conocimiento de inglés y difíciles de encontrar) o hablando directamente con quien te ofrece lo que necesitas. En caso de los caballos, la tercera opción supondría contactar con un “horseranger”, que vive de forma nómada en un ger muy lejos  de  la civilización en alguna montaña del parque natural y que por supuesto no dispone de teléfono móvil. Así  pues tuvimos que contener nuestras ansias de aventura y optar por la segunda opción. Úlgui nos ofrecía cuatro opciones de entre las cuales escogimos Blue Wolf (gran error!). Prometían desplazamiento al parque, caballos, guía y una ruta por el parque natural de 7 días por 350 dólares por persona. Y además todo preparado en 24 horas.
Primera lección que aprendimos: NADA en Mongolia es trivial. Sirva como ejemplo el viaje en furgoneta. Inicialmente los 170 km que separaban Ulgii del parque no parece cosa para 2 treintañeros que empiezan con energía un viaje. No obstante añadamos las siguiente variables a ver cómo queda el resultado final:

-El trayecto hasta el parque era compartido con otros 6 turistas. Eso si, la idea es que a la entrada del parque cada uno haría su camino. Tres franceses y tres israelíes. 
-Para entrar en el parque son necesarios 3 permisos que, la agencia no tenía preparados a la hora que habíamos quedado. 
-El término carretera asfaltada no existe. El término pista es difuso ya que se multiplican y dividen cual hormiguero anárquico. El término señal es un chiste.
-No, el conductor tampoco sabe cómo llegar.
-Si, hay ríos, y no, no hay puentes. Si, el agua está congelada y empujar es el único remedio. Afortunadamente los tres israelis venian de la mili y estaban fuertes y uno de los franceses parecía el hermano secreto de kilian Jornet, saltando de la furgoneta cada dos por tres y recorriendo la zona para encontrar el mejor camino.
-Conforme llega la noche y tocas el cristal de la furgoneta notas que tu saco de verano puede ser "un poco" justo.




Método 1 para cruzar un río: piedras, un palo y solucionado! o no...





Método 2 para cruzar un río: Empujar en calzoncillos!


En fin, después de 14 horas nos presentamos antes dos gers que, supuestamente, delimitaban la entrada del parque, pero que estaban ocupados por otros turistas. vAunque pueda parecer que el número de turistas es elevado, cabe destacar que los menos de 20 turistas congregados en la zona eran el total de occidentales en 1000 km2.

El resto de compañeros de furgoneta, muy expedicionarios ellos, montaron sus tiendas y dispusieron sus sacos de invierno, cuales militares bien adiestrados. Nosotros…nos miramos y empezamos a buscar a alguien que hablara inglés y le contara al conductor nuestra situación de próxima congelación. 
Buta, una guía de otro grupo,  apareció de la nada en nuestra ayuda  para comentar nuestro c conductor que nos acercara los gers más próximos a  3 km montaña adentro y donde tal vez conseguiríamos algo de calor. 

Por supuesto esto supuso cruzar otro río (de noche) y despertar de cada ger hasta que alguien se aviniera a hospedar a dos europeos que no saben que en mongolIa hace mucho frío de noche.
Aunque despertamos a los dos hijos y su mujer, el hombre de uno de los gers nos ofreció sus mejores alimentos y un camastro, en lo que fue realmente nuestro primer contacto los Kazajos, cultura  que se ha forjado en la zona fronteriza entre  Kazajistán y Mongolia y que dispone de costumbres e idioma propios



Primera experiencia en un ger
                                   


Con la familia Kazaj
                               

Lo primero que se distingue al entrar en un hogar kazajo es la sencillez: una tienda en cuyo interior no hay mas que 3 camastros, una estufa de leña (o excremento), una mesa, un armario para ropa y mantas y otro par alimentos. Las búsqueda de una sonrisa mutua parece que es el objetivo común cuando el lenguaje hablado es literalmente imposible. Una vez conseguido ese objetivo, todo resulta más fácil, hasta digerir carne cruda en una especie de té con leche con el peligro de tener que salir corriendo del ger a varios grados bajo cero. Cabe decir que no solo de carne cruda vive el kazaj: El queso en sus distintas variedades y la mantequilla complementas una dieta no falta de grasas.

Referencias:


Ulgii
  • Agencias: La única que parece de fiar es Bear Valley Adventure
  • Hoteles: Hay 4 o 5 hoteles en la ciudad. Nosotros nos alojamos en Tsambagarav. Otra opción son los ger camps, pero por ser las primeras nocches decidimos aclimatarnos poco a poco...
  • Comida: Encontraréis algunos restaurantes que ofrecen comida mongola,  pero sin duda el mejor es el Turco, todos lo conocen, solo tenéis que preguntar por él. En el mercado podréis encontrar tiendas con vegetales, fruta y pasta para excursiones largas. Eso si, no busquéis gas para el hornillo o material de montaña porque no lo encontraréis.
  • Visitas: Plaza, museo y el mercado.
  • Cómo moverse: Algunos gercamps alquilan bicicletas para dar una vuelta por las montañas próximas. En el mercado podréis encontrar conductores con los que negociar un viaje a cualquier sitio. 





No hay comentarios: